21 de septiembre de 2008

El Gremlin

Menudo fin de semana que me ha dado el Gremlin. El Gremlin es un amigo al que no llamamos así por feo, que lo es y mucho, más feo que vomitar para arriba, sino por sus hábitos: no sale de casa mientras haya luz del Sol, nadie lo vio jamás probar el agua, y además siempre que sale de un garito y come algo pasadas las 12 se pone fatal. En realidad, no es feo, es físicamente divergente. Se dice que lo parió la vecina porque a su madre le daba asco. Quizá es por ello que tuvo siempre una actitud muy pesimista y se dio a la bebida, aunque tal y como bebía, yo creo que bebía para olvidar que bebía. Pero su vida ha cambiado desde que el otro día le tocó el sorteo de San Juan de la ONCE. Lo primero que hizo fue solucionar su fealdad comprándose un Mercedes. Después cambió su testamento: en vez de donar su cuerpo a la ciencia... ficción, quiere que lo metan en una piscina de Chivas, como a los lagartos de los chinos, y así nadar en whisky por toda la eternidad... Quedé con él para ver el partido de España contra Rusia, y cuando acabó, después de haberse apretado un tsunami de gin tonics, se le antojó ir a ver la final a Viena. Las entradas para la final costaban un huevo, así que sólo pudo comprar dos. Y me invitó a mí a ir con él. El día que fuimos al aeropuerto era para verlo. Bueno, mejor dicho era para NO verlo. Fue salir de su flamante Mercedes con las lunas tintadas y las chatis comenzaron a desplomarse a su paso... pero por paradas cardio-respiratorias. Lógico, si es que de feo que es, Freddy Krueger tiene pesadillas con él. Al llegar a Viena los de seguridad le dieron a oler las maletas, no te digo más... El ambiente del estadio era espectacular. Se nos sentó al lado una alemana neumática que había acabado ahí de rebote... porque esa tía,con esas carnes, botar, seguro que botaba. Y fea que era... Era de las tías que tienen un único defecto pero es que les pilla todo el cuerpo.Ufff... Tenía más bigotes que una caja de langostinos. No sé en qué trabajaría, pero es de las que se mete a puta, y muere virgen. El partido fue la leche. Cuando marcó España, el Gremlin pegó un salto y le hizo el abrazo del oso a la chati. Yo la miraba cuando la abrazaba, y con ese tipo que tenía y esa cara que ponía cuando la estrujaba, sólo faltaba que un foco del estadio le iluminara la cara directamente para ser enteramente un gusiluz. Y con el frenesí, se liaron... El Gremlin le hizo una llave doble Nelson de inmovilización, y así estuvieron hasta el final del partido. No sé qué se creía menos el Gremlin, haber pillado, o que España hubiera ganado la Eurocopa. Hasta entonces, la única roja que me había hecho saltar las lágrimas había sido la cebolla roja. La gran ilusión de mi vida siempre había sido que Melody se centrara en sus estudios, y en su defecto, que la selección ganara algo. Aragonés pasó de ser un manta a ser manteado, y mientras yo daba gritos de emoción y orgullo por laroja, la rubia los daba de puro frenesí al enterarse de que rojos no eran precisamente los números de la cuenta del Gremlin. Igual sufríaen silencio, pero joder, gozaba a grito pelado. Así que al acabar el partido se la trajo a nuestra pensión, que era básicamente lo único que habíamos encontrado para domir... lo peor. Entra ahí un inspector de sanidad y seguidamente se coge dos días de asuntos propios. Tanto el Gremlin como ella tenían una cara que, de haber salido en los cromos de los Pokémon, hubieran causado muchos traumas infantiles. Así que viendo que tenían intención de desnudarse, apagué la luz para que no se causaran daños psicológicos el uno al otro, y me hice el dormido. Debido a su nula experiencia, ella se le durmió en el acto, que no es lo mismo que dormirse al instante. Estaban más perdidos que Benedicto XVI en el Rock in Río. Echaron un kiki que, de haber sido yo parte del jurado, les hubiera otorgado la Paliza Especial del Público. A la mañana siguiente el Gremlin estaba exultante. Decía que se sentía más optimista que Zapatero, y eso que le tengo dicho un millón de veces que no exagere. Y es que el dinero no da la felicidad, pero da la facilidad. Aunque ya se sabe que por mucho dinero que tengas, hay una cosa que jamás podrás comprar... un dinosaurio que baile el chiki-chiki.

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