14 de agosto de 2009

Vaya viajecito

Quién me mandaría salir de España. Resulta que un amigo mío, Gardel, encontró una oferta estupenda y me convenció para ir con él a Tailandia. Gardel tiene este apodo porque a él, en vez de los tangos,le gustan los tangas... y todo lo que hay detrás. El tío no ha conocido jamás una mujer cuyo apellido no fuera .jpg. Pero en su caso es normal, porque si bien por su acento dirías que es de Cádiz, por su cara dirías que el tío viene lo menos de Narnia... Pero el tío está muy salido y opina que el que más folla no es el más guapo, sino el que más pregunta "¿follamos?", y así le va...
Aunque no hay nada peor que seguir a un tonto con iniciativa, al final, casi sin darme cuenta tras las 4 escalas que hicimos, me vi enel aeropuerto de Bangkok. A Gardel lo único que le motivaba de ir aBangkok era hacer el cerdo, y supongo que por eso fue al único al que le hicieron las pruebas de la gripe porcina. Negativo. Normal. Yo soy la gripe y veo un tío con esa cara y no tengo huevos a contagiarle.
Gardel lo había organizado todo. Así que terminamos en un hostal que tenía unas ratas que lo mejor era echarles migas de pan para estar a buenas con ellas. Y no me extrañaría que la serie Expediente X quisiera alquilarles la cocina para el impactante episodio inaugural de su nueva temporada... Lo único bueno de la habitación es que los mosquitos tenían suficiente sangre a su disposición en las paredes como para reparar en nosotros.
Pero Gardel es de los que cuando la vida les da la espalda aprovechan para tocarle el culo, así que estaba tan feliz. Y fue ahí cuando me di cuenta de que teníamos planes muy distintos. Yo tenía la ilusión de montar en elefante, y él, de montarse a cualquier cosa que estuviera quieta el tiempo suficiente. Yo quería ir a ponerle flores a Buda, y él quería quitarle la flor a la virgen. Yo quería darme unmasaje en paños menores y él quería que le masajeara una menor y le hiciera un apaño. Así que lo primero que hicimos fue salir por la zona con más rombos que el jersey de un niño bien...
Acabamos en un garito donde las chicas demostraban su conocimiento en pelotas... de ping pong. A su lado, Forrest Gump jugaba al pingpong como un aficionado. Se metían las pelotas y las lanzaban a la otra punta del local... eso sí que eran chichis con un buen saque. Del público asistente se puede decir que si las putas fueran barcos, teníamos allí a la Armada Invencible. El bar tenía de americano las barras, pero se olvidaron de las estrellas... Se puso a bailar una chica que parecía que se había encontrado la cara barriendo. Y qué poca gracia tenía. La ejecución me pareció... pelín exagerada, pero un par de hostias sí que se las daba.
De repente me di cuenta de que algo raro pasaba en ese bar. Se me sentó al lado una chica que tenía una nuez sobresaliente y un bulto en el pantalón bastante notable. El cirujano que la operó no era de los que reparaban en detalles: si en vez de Spielberg hubiera sido él el que rodó Parque Jurásico, a los velocirraptores se les vería la cremallera del traje...
Cuando me quise dar cuenta, Gardel se estaba yendo con una cuya cara no tendría nada de particular si no fuera porque no era catadorade vinagre en horas de servicio. Desde luego, tetas tenía, pero por lo demás tenía pinta de que en vez de menstruación, tenía monstruación.Cuando intenté advertirle a Gardel que su "chica" andaba falta de un cromosoma X en el par 23, ya habían desaparecido en dirección al baño. Intenté ir tras ellos pero era imposible: en ese garito había más gente en el lavabo que fuera. Aquello era lo que se puede llamar un baño de multitud, donde, curiosamente, si sentías un apretón en el esfinter no era porque tuvieras dentro algo con prisa por salir, sino porque te lo estaban empujando de nuevo para adentro.
Al poco rato oí los gritos de Gardel y acudieron los de seguridad, convenientemente pertrechados con su uniforme con pajarita... pero sin camisa. La situación se puso tan tensa que con ella se podrían haber hecho bloques de hormigón. Y fue ahí donde descubrí que los travelos no te cobran por tener sexo contigo, sino para dejarte marchar después. Vino hasta el dueño del bar a mediar, un tipo de esos cuyos tatuajes infunden confianza: tenía toda la pinta de haber hecho méritos más que suficientes para que le otorgaran el Nobel de la grifa. Así que le sacamos unos billetes de vuelta a la calle y salimos de allí, como la mayoría de las chicas del local, con el rabo entrelas piernas...
Gardel se quiso pasar el resto del viaje como Macaulay Culkin: solo en casa. Pero como dicen los electrónicos, rectificar es de diodos, y al final le convencí para salir a visitar mercados flotantescomo la tarima y yendo de buda en buda y tiro porque me toca. Porque esta vida es muy corta como para aprender alemán. Aunque eso sí, el francés, está chupado...

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