8 de junio de 2011

De qué me sirve ya

Hay días en los que me siento como una sirena varada en la playa por las algas. Con el alma atrapada en una mano gigante que aprieta con ganas el poco espiritu que me queda.
Y esos días son los que hacen pararme a pensar en qué playa estoy varado, por qué estoy atrapado y si realmente quiero seguir nadando a la deriva. Porque por mucho que me duela, no tengo un plan fijado por el cual guiarme sino que me dejo llevar por las olas hasta nuevas playas y nuevos continentes a través de corrientes más o menos fuertes y con nuevos compañeros de viaje.
Y creo que eso es lo que echo en falta. Algo permanente y que me ancle a algo. ¿Un novio? ¿Un amigo de siempre? ¿Familia? ¿Un lugar? Por lo menos sé que me estoy acercando a lo que me quiero. Aunque haya dado muchos rodeos. Y los que me quedan!

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