9 de febrero de 2009

Historia del beduino

Había en Bagdag un beduino burlón y un día se encontró una botella, la frotó y dijo: "Vamos, mago vidrioso, hazte presente, que te pediré un imposible, a ver si eres capaz de cumplirlo".
El genio apareció y le dijo: "Huidizo beduino, pídeme lo que quieras". "Sea", dijo el beduino, "hazme a la vez alto y bajo, guapo y feo, bueno y malo" pensando que eso era un imposible.
"Sea", le contestó el mago, "serás un espejo". En efecto, el espejo reflejaba, no la realidad, sino los deseos de los que se miraban y así los bajitos no veían como tales, los feos se atusaban hasta parecer galanes y los malos, de puro mirarse, se olvidaban de cualquier arrepentimiento. Esta historia olvidada nos hace reflexionar sobre aquello que pensamos que no es posible. Todo es posible, solo hace falta encontrar el modo (o el mago) de hacerlo real. Y también me hace desear que existieran más espejitos mágicos a ver si a fuerza de mirarnos y ver aquello que anhelamos en el vidrio, nos acercamos más a aquello que hemos soñado de nosotros mismos.

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