10 de abril de 2008

La procesión va por dentro

Esta Semana Santa me dejé liar por el San Jacobo, un colega al que llamamos así porque es de los de meterse un par de lonchas y empanarse. El tío anda todo el día hiperactivo y si no puede ayudar,molesta, pero siempre quiere participar. Pues esta vez quería ayudar a su abuelo a organizar una procesión en su pueblo. Yo, que gracias adios soy ateo, también me apunté. El abuelo es la viva demostración de que cumplir años es la mejor manera de llegar a viejo. Hay gente que alcanza la inmortalidad gracias a sus obras o a sus logros: él había decidido alcanzar la inmortalidad gracias a no morir. Desde luego, si sus planes son vivir eternamente, hasta ahora lo está haciendo de puta madre. Así que buscaba ayuda de chavalotes como nosotros, capaces de llevar bien elpaso, si exceptuamos quizá las últimas horas de la noche...
Necesitábamos a más gente, así que San Jacobo convenció a su hermano pequeño, al que llama el Pesicola porque pasa de la coca. Dice que no tiene sentido engancharse a la coca habiendo polvos mucho mejores. Dice que follar es lo que más caliente le pone y el menda últimamente se ha hecho vejetariano, vamos, que sólo se come a viejas. Así que llevarlo al pueblo del abuelo para él era como invitarle a la mansión Playboy. Y bueno, también apuntamos al Cuchara, un tío que ni pincha ni corta y no tiene un no para nadie. Según dice, Bob Marley es dios y él es su porreta, así que cuando le dijimos que tenía que hacer de costalero, no sé qué se imaginó, pero cogió más papeles que AlfredoLanda y se los echó a la maleta.
El abuelo se empeñó en llevarnos en su coche, uno de ésos que si lo ven los decoradores de Cuéntame, se lo piden para el remake de la primera temporada. Así que antes de llegar, ya estábamos empujando. Justo lo que El Pesicola había soñado, que fue ver a un par de abuelas y sentir necesidad de envalentonarse en la barra del bar. El tío no es de los que se escaquean cuando el beber le llama, así que nos llevó al único bar del pueblo. El bar no tenía de nada: la cerveza no la vendían sino que la alquilaban, y el mejor vino que podías encontrar era de la cosecha del año que viene. Conseguimos unas botellas de ginebra Gordon's de la partida que conmemoraba el quinto aniversario de la victoria de Massiel en eurovisión, y una caja de gaseosas LaPitusa reserva del 68. Y por si bebernos eso no era ya suficiente calvario, el camarero nos clavó...
Aprovechando que estábamos en Pascuas el Cuchara se sacó un huevo de chocolate de tal tamaño que parecía puesto por la gallina Caponata. Con semejante tamaño, al moro que lo trajo se le tuvo que quedar el culo como un bostezo. Mientras el Pesicola demostraba que el auténtico secreto de una buena torrija era mucha ginebra y poco hielo, San Jacobo entró al baño a empolvarse la nariz llevándose una revista, porque él es muy de leer entre líneas. En éstas apareció el abuelo vestido de nazareno y al ver el percal le entró ese tipo de mala hostia que va más a juego con un tricornio que con un capirote. Se ve que la procesión era nocturna esa misma noche, algo que no nos hubiera causado problemas si la procesión hubiera sido la de los borrachos...
Cuando llegamos a la iglesia nos acojonamos al encontrarnos con una reunión del Ku Klux Klan llena de encapuchados con antorchas apunto de pegarle fuego a un menda que habían crucificado. Joder, estuvimos diez minutos discutiendo si el crucificado era Chechu o un Pokémon dibujado por Mariscal, y es que el paso era para verlo. Coges al Chechu de madera, a un Teletubby y a Hugo Chávez con las orejas de Micky Mouse y los mueves como si fueras un trilero, y no hay huevos de saber cuál es cuál. Obviamente quien hubiera tallado aquello, había bebido... durante años. Hubo incluso quien dudó de que en nuestro estado fuéramos capacesde llevar bien el paso de Semana Santa. Pues hizo muy bien. El abuelo gritó un "¡Al cielo con ella!", y al cielo que fue, pero al del paladar, porque era muy difícil llevar el paso intentando sincronizar las eses que hacíamos al andar. Se nos cayó sobre media Hermandad del Bendito Nombre del Imserso, y el trozo más grande que quedó cabía por el ojo de una aguja. Así que los abuelos hicieron una escenificaciónmuy realista de la pasión de Cristo con nosotros mientras corríamospor las calles intentando escapar. A San Jacobo le dieron en su partemás sensible, la nariz, y tal y como se la pusieron, ahora puede fumar mientras se ducha. Y es que siempre tienen que pagar justo los pecadores...

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