7 de mayo de 2008

Mens sana in corpore obeso

Últimamente, cada vez que me peso, la báscula se pide tres días de asuntos propios. Así que como no tengo tan claro que mis hábitos en la mesa no tengan que ver con la crisis alimentaria mundial, he decidido ponerme a dieta. Y obviamente me he acordado de mi amigo el GEO.
Al GEO le pusimos este nombre porque el suyo es, sin duda, uno de los Cuerpos Especiales. Ya al nacer, vino con semejante tamaño que le dio a su madre un parto tan largo que ahora celebra el cumpleaños durante tres días consecutivos. A los 3 añitos, se ponía a girar dando vueltas y era el muñequito del MSN. A los 8 años, le ponías unas gafas grandes y una túnica por lo alto y era King África. A los 13 años, la gente cuando lo veía le preguntaba que si estaba hecho por ordenador, porque no se lo creían: tardabas lo mismo en saltarlo que en rodearlo.
A los 18 en la mili le declararon tan inútil, que en caso de guerra sólo podría ser prisionero, que ojo, con lo que comía y lo difícil que era moverlo, seguro que la suya hubiera sido una actuación determinante. Y es que el GEO nunca se cuidó. El tío el único ejercicio que practicaba era la autohipnosis, a todas horas, porque era de los que decían que más vale tarde... porque por las mañanas le pillaba durmiendo. Y es que decía que el deporte era lo peor que había para el tabaco...
Siempre tenía más hambre que un perro chico y comía como si acabara de volver de Supervivientes. Y así, claro, no tenía ningún éxito con las chatis. Todos sabíamos que no conocía mujer, pero él negaba que fuera virgen para no tenerle que pagar el canon a la SGAE. Lo más cerca que estaba de hacerle tocamientos en el muslo a una guarrilla, era cuando le ponía la mano encima a una pata de jamón. Vamos, que el tío no hubiera pillado ni en la despedida de soltera de Paris Hilton, que ya es decir. Y fue esto lo que le hizo decidirse a no atiborrarse más... aunque tampoco menos.
Como si fuera un italiano en una disco de la costa, le di la brasa hasta que lo convencí. Me sorprendió que empezara con el Biomanán y siguiera engordando, hasta que descubrí que lo metía en pan con manteca colorá. Como el tío tenía una alergia enorme al polen, le propuse que se hiciera vegetariano, aunque sólo fuera por odio a las plantas... Pero ni así. Se metió en la Corporación Dermoestética y perdió dos kilos... lo que vienen siendo 12.000 yuro, porque tras varios meses de tratamiento internado, sólo perdió 3 gramos, y eso porque la clínica era también de desintoxicación.
Al final el colega decidió operarse. Al tío le sobraba estómago,pero aún más estómago tenía el cirujano que se atrevió a desnudarlo para operarlo. La operación, que fue difícil y con un postoperatorio muy malo, le costó 1.000 dolores y 20.000 euros. Y ya, con el estómago de los Pin y Pon, comenzó a adelgazar. No me podía ni imaginar lo que sufría el GEO, si bien, con todos los kilos que iba perdiendo, era muy sencillo meterse en su pellejo... porque le sobró más que a NachoVidal cuando le hicieron la circuncisión.
Se le quedó un cuerpo que rozaba la perfección... y la perfección se ponía húmeda. El cambio fue tan rápido que de lo poco acostumbrado que estaba, se miraba en el espejo y se tenía envidia a sí mismo. Encima recuperó una salud que el tío va a durar más que un martillo metido en paja. Pero lo que de verdad dio sentido a tanto sufrimiento y cambió su vida para siempre, es que las chicas pasaron de no darle ni los buenos días a darle sus mejores noches...

1 comentario:

discotecabyblos dijo...

Madre mia la historia del GEO... y bueno este hombre donde se mete..? sigue estando de buen ver??
JiJiJi perrybesitos