2 de septiembre de 2007

Emocionada y agradecida...

Gracias al empezar a depender del transporte público me he dado cuenta de lo alejado que vivo. Y de lo mal comunicada que está esta isla. Únicamente hay un autobus para poder llegar a San Antonio desde el aeropuerto y con un horario algo reducido (Cristinita, recupérate pronto por favor).
Ayer llamé a Francisca para saber que tal se encontraba. Por lo visto las radiografías dicen que está bien aunque ella se queja de dolor de cabeza permanente y en las cervicales así que está igual que yo: me duele al girar el cuello a la izquierda y el golpe en la pierna. Así que habrá que esperar un par de días a que las consecuencias más directas del golpe pasen y llegué de paso el lunes xq hasta entonces no podremos recuperar los coches ya que al ser fin de semana tampoco podemos llamar a los seguros que son los que podrían pedir que nos devolvieran el coche al taller.
Me emocionó cómo estaban preocupadas todas las chicas del Duty free. Todas me hicieron contarlas una a una la historieta y asegurarles que estaba bien (y Francisca) y que dentro de lo que cabe la peor parte se la había llevado la farola. Me sorprendió esa inquietud generada xq apenas llevo trabajando con ellas un par de días pero la verdad es que me gustó (Gracias Antonia, Esther y compañía). En cambio en Iberia no quise hacer publicidad, no me apetecía empezar a publicarlo y contarlo en plan cotilleo. De todas formas supongo que ya se enterarán cuando les pregunte los horarios de los buses y tal. Y para colmo ayer me reventó un boli en el bolsillo de la camisa del uniforme (de Iberia) así que el Sr. Adolfo (Dominguez) igual se enfada conmigo por maltratatar de esa manera sus diseños.
¿Habéis notado alguna vez que las manchas tienen voluntad sobre los seres humanos? No solo se confabulan en contra de nuestras pertenencias, deseos y proyectos sino que nos usan para fortalecerse y consolidar su reino manchístico. No importa lo pequeña que sea una mancha… ellas saben bien que nosotros, imperfectos humanos, vamos a tender a limpiarlas usando agua, un trapo mojado o hasta nuestra propia saliva. Es muy simple, su potencial destructivo es directamente proporcional al deseo que tengamos de sacarla.
Terminamos un trabajo… queda mononísimo pero… le quedó una mancha. Es irresistible el deseo de sacarla. ¿Y porque tendemos a usar saliva para limpiarla? ¿No es ridículo eso? A quien no le limpiaron la cara con un pañuelo ensalivado de pequeño antes de entrar al jardín. Es un asco, ¿por qué las madres tienden a hacer eso? ¿Si la saliva limpiara, en lugar de SKIP, compraríamos cubos de saliva para lavar ropa con la etiqueta “SPIT”?
Y mientras leeis esto, el mundo de las manchas sigue avanzando sobre nosotros. ¿Os habeis dado cuenta de que las manchas están de moda? Fondos gastados, rotos, manchados, “estilo Garage” forman parte de una corriente de diseño, en donde las manchas cumplen un rol estético…
Las manchas nos invaden… ¡preparad saliva amigos (y mucha)!

1 comentario:

Unknown dijo...

caaaarme, espero q estes bien, y q lo de cristinita no sea nada. Te amo!